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Si tuvieras en frente a tu yo del pasado… ¿Qué le dirías?

Updated: Aug 19


¿Te acuerdas de ese primer día de trabajo?

De ese primer cliente al que atendiste.

De esa primera llamada en la que los nervios te dominaban.

Esa versión insegura de ti mismo que, aunque no lo sabía aún, estaba a punto de convertirse en un gran profesional.


Probablemente leyendo esto ahora sonríes… Porque sí, has cambiado mucho.

Me acuerdo de mi primera experiencia de trabajo, aunque fue algo temporal era algo que quería y necesitaba. El ambiente no era el mejor pero yo estaba emocionada porque eso me ayudaría a pagar la universidad y  así fue. Luego de eso, las experiencias laborales fueron cada vez más retadoras. Hoy agradezco a mi yo del pasado porque con miedo se atrevió a muchas cosas, porque sin esas decisiones tomadas, sin esos errores cometidos no sería la mujer profesional que soy ahora. 


Hoy, con más experiencia en el mundo laboral es fácil mirar hacia atrás y notar el crecimiento. Pero pocas veces nos tomamos ese momento para agradecerle a ese “yo” que se atrevió a empezar.


Quiero invitarte a hacer algo distinto.

Una actividad que no tiene que ver con métricas, resultados ni productividad… sino con actitud, gratitud y crecimiento personal:


Escribirle una carta a tu “yo” del pasado.


¿Y para qué sirve esto?

Este ejercicio de escritura reflexiva es más poderoso de lo que parece.

Te ayuda a:


  • Identificar errores que ya no quieres repetir.

  • Recordar fortalezas que has olvidado.

  • Reconectar con ese propósito inicial por el cual empezó todo.


Es, además, un espacio para parar… para agradecer… y para ajustar.


¿Cómo empezar?

Aquí algunos pasos que pueden ayudarte:

  1. Escribe como tu mejor coach

    No lo hagas desde la crítica, sino desde el aprendizaje.Pregúntate:

    1. ¿Qué actitudes me hubiese gustado tener desde el inicio?

      ¿Qué errores repetiría sin culpa, y cuáles no?

      ¿Qué hábitos me servían y dejé de lado?

  2. Conecta esta carta con tu presente

    Cuando termines de escribirla, respóndete:

    1. ¿Estoy actuando hoy con la actitud que me prometí tener cuando empecé?

  3. Guárdala como herramienta emocional

    Imprímela, grábala en audio o consérvala en tu diario.Te servirá como recordatorio de que has crecido…Y de que tu camino tiene valor, incluso en los días en los que los resultados no se ven.


La actitud positiva se construye

Es muy fácil dejarse llevar por la rutina, las metas, los correos, los clientes difíciles o los días pesados…Pero al final del día, tu actitud sigue siendo tu herramienta más poderosa.


Recordar a tu “yo” del pasado no es solo una mirada nostálgica, es un acto de responsabilidad emocional.


Porque si no reconocemos de dónde venimos, es muy difícil saber hacia dónde vamos.


Y tú,


¿Ya le escribiste a tu yo que recién empezaba?Te aseguro que te sorprenderá lo que tienes para decirle.


Y si deseas realizar más ejercicios como estos para trabajar tu actitud, con gusto podemos guiarte. Escríbenos y conéctate con nuestro programa de Atención al Cliente.


 
 
 

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